El cultivo del viñedo
La elaboración de vinos de calidad se basa, en primer lugar, en el “saber hacer” de los productores locales de uva. Debido a lo larga tradición vitivinícola de la zona productiva, los viticultores cuentan con una dilatada experiencia en el manejo de sus parcelas. Dada la variabilidad climática y de suelos de la zona amparada, los productores son responsables de optimizar las condiciones de las parcelas para el cultivo de viña, seleccionando las variedades, y formas de cultivo apropiadas.
Los marcos de plantación utilizados en las parcelas son los más adecuados para cada terreno, variedad y sistema de conducción de las vides. Mediante las podas y resto de prácticas culturales realizadas sobre el viñedo los productores aseguran un buen estado sanitario de la uva, imprescindible para poder obtener vinos de alta calidad.
El riego del viñedo también es una herramienta importante gestionada por los viticultores ya que realizándose en la cantidad y momento necesario consiguen un correcto equilibrio de la planta a lo largo de su ciclo vegetativo y por tanto una adecuada maduración de la uva.